Tengo que admitirlo, Testament es de mis bandas favoritas del Thrash, con una magia que casi ninguna otra posee e injustamente fuera del famoso Big 4 (cosa que nunca entenderé) que siempre hizo que figure en una segunda línea para el público en general. Si a esto le sumamos que cada visita a Buenos Aires fue con mal sonido, (algunos al borde del bochorno) y la falta de disco nuevo sumado a los bolsillos flacos de los argentinos, mis expectativas en cuanto a una fiesta Thrash eran casi nulas.

Grande fue mi sorpresa al llegar a la famosa esquina de Flores y ver mucha gente alrededor del Teatro, donde corría la buena onda, la cerveza y las ganas de que esta vez las cosas fueran distintas.
Lamentablemente un amigo se retrasó y no pude ver los shows de Pucara y de Fisión Nuclear, cosa que me hubiese gustado mucho ya que me hablaron muy bien de ambas bandas. Ya dentro del local pude confirmar la enorme concurrencia muy por encima de lo que yo esperaba, estando el lugar casi a un 90 % de su capacidad.

Las luces se apagaron y creo que todos pensamos lo mismo, “por favor que suenen bien”, empezó a sonar “Fight For Your Right” de Beastie Boys a modo de intro con la gente coreándola brazos en alto para dar paso a un bombazo de flashes con la aparición de la legendaria banda y el no menos legendario Chuck Billy arrancando con un triple de clásicos de los años 80, que sirvieron para avivar aún más a la multitud: “Practice What You Preach”, “Sins Of Omission” (1ª perla de la noche) y “Perilous Nation”. Desde el primer momento, se desató un pogo muy activo y enérgico, marcando la intensidad del espectáculo. A pesar de que el sonido no fue perfecto en los primeros temas, la calidad después mejoró considerablemente, permitiendo escuchar claramente las guitarras de Alex Skolnick y Eric Peterson, quienes jugaron un papel fundamental con sus cataratas de riffs. Ambos guitarristas estuvieron bien acompañados por el bajista Steve DiGiorgio, (de pie señores) que mostró una presencia destacada y contagiosa durante toda la noche.

Uno de los puntos fuertes del setlist fue la selección de canciones, (dejando de lado su último “Titans Of Creation”) entre ellas “Trail Of Tears” (2ªperla), que rara vez se toca en sus shows, y que sonó excelente, seguida de otros clásicos como “Electric Crown”, “Souls Of Black” y “Return To Serenity” (3ª perla de la noche) que fueron muy bien recibidas y por un público que ya se rendía a los pies del quinteto, coreando y festejando como si no hubiese mañana.

Qué decir del gigante Chuck Billy con el carisma y buena onda de siempre, y mucho mejor físicamente que en visitas anteriores, agitando y arengando y visiblemente emocionado y receptivo con los clásicos cánticos argentinos de un público se hacía notar.

Cerca del tramo final, se hizo presente Chris Dovas, el miembro más nuevo en la banda, quien sorprendió con su control y precisión en su solo de batería. Desde el primer golpe, atrajo la atención de la audiencia y dejó claro por qué fue elegido para ese puesto. Luego, la banda tomó un descanso para retomar con “First Strike Is Deadly”, un tema arrollador que hizo vibrar a todos, reflejando en cada nota la felicidad del público argentino.
Finalmente, tras un breve descanso, los músicos regresaron al escenario para descargar sus últimos cartuchos: “Over The Wall”, “More Than Meets The Eye” y la espectacular “Into the Pit”. Este cierre fue una verdadera batalla de Thrash, que dejó bien en claro que Testament sigue en plena forma. Con un setlist de los mejores en tiempos recientes, con canciones ejecutadas con precisión y pasión, quedó demostrado que los integrantes mantienen vivo ese fuego sagrado que los hace una banda imparable en la escena mundial del Thrash Metal y como dije arriba, mi favorita del género.

Vivimos una auténtica fiesta, como nunca antes habían brindado Chuck & Cía en Buenos Aires, dejando atrás todas las dudas que nos generaban las anteriores visitas, ojalá vuelvan pronto. Gracias por tanto Testament.
Por Diego Porpatto
Fotos Frank Hernández