Último mes de este año que arrasó con todo en materia de conciertos a lo largo y ancho del país, dejando marcas imborrables en la memoria de cada uno y este no sería la excepción para nada, debido a que nos encontramos en un lugar tan emblemático como The Roxy Live en pleno barrio de Palermo para ver la última presentación del año de Lörihen con el condimento extra, la última presentación junto a Julián Barrett (quien desde el año 2000 ingreso en las filas de la banda acompañándolos por largos 17 años) un show donde no faltó nada, donde la carga emotiva fue parte fundamental de todo y junto a ellos las bandas Argan y Sinónimo en un viernes ideal.
Lamentablemente y por cuestiones que nada tienen que ver con la organización y las bandas, me encontré en el lugar cuando la primera de las dos bandas que acompañara la noche Argan estaba cerrando su show, así que puedo ser muy poco objetivo en cuanto a hablar de ellos, más que notar desde el primer momento el gran despliegue del sonido que presentaban y las luces que ya acompañaba todo el show, digno y poderoso a la altura de lo que representaba la fecha, más que disculparme por no completar la performance de los chicos y de anotarme una nueva asistencia a su próximo show ante una propuesta totalmente recomendable.
Fue el turno luego de Sinónimo en salir a escena. Y ellos también presentaron una novedad debido a un problema en uno de sus integrantes ( Javier el cantante se encuentra padeciendo un problema de salud con buena evolución ) el cual salió el mismo Emiliano Obregón a comentarlo por el micrófono antes de que la banda comenzara a tocar su set, dando muestras de profesionalismo, la banda puso las pistas vocales de los temas a desarrollar y la banda pudo desempeñarse en este formato atípico quizás pero que resultó otro condimento más a la noche que ya se mostraba como la ideal, porque el sonido fue mejorando de a poco y la gente lo hizo saber con los cálidos aplausos, en los cuales se envió también la mejor de las recuperaciones a Javier para que retome los escenarios lo más pronto posible. Martin Caraci en (Guitarra) (también fue parte de Lörihen durante un tiempo) Damian Caraci en (Batería), Lucas Porto en (Bajo) y Omar Piñeyro en (Teclados) dieron muestra de un contundente Hard Rock, Metal y hasta con grandes pasajes progresivos por momentos, todos bien marcados y acentuados en cada base personal de cada uno de sus integrantes, la banda estará dando un show más el próximo 23 de diciembre en el “Abbey Road” de Mar del Plata junto a otra banda que hemos visto en su momento como Triddana.
Luego del paso de ambas bandas, el turno del cierre de Lörihen y todos los presentes acomodados y expectantes, el lugar completó su capacidad y la mezcla de ansiedad y emoción rondaba por el aire, primeramente el telón se abrió para que por la pantalla central se pasara un video donde cada miembro de la banda y amigo o colaborador cercano a Julián le pudiera decir algo en su despedida (mientras Julián estaba a un costado mirando detenidamente cada uno) y a más de uno se nos hizo un nudo en la garganta, pensando como arrancas un show con esa carga emotiva de entrada el video paso para que después de unos minutos volviera a abrirse para poner una imagen por los tripulantes del ARA San Juan.
Mucho podríamos decir de Julián Barrett, lo cual sería muy complicado de resumir en sus 17 años junto a Lörihen, todos sabemos de sus grandes capacidades a la hora de las 6 y 7 cuerdas, su versatilidad y variedad de estilos que varían desde el rock hasta el más poderoso y aguerrido Metal, algo de todo eso le valió su participación en millones de proyectos paralelos como así también su trabajo junto a Tarja o su contribución en Asspera. Pero centrándonos en su participación en Lörihen, supo amoldarse a las bases e ideas de Emiliano Obregón para dar vida a grandes himnos de la banda como “Muro del Silencio”, “Vida Eterna”, entre grandes otros clásicos, que a pesar de que a lo largo de este año ya durante algunas presentaciones no estuvo presente debido a sus compromisos con la agenda en sus demás proyectos (es aquí donde juega un papel importantísimo el que será hoy el reemplazante oficial Ezequiel Catalano) nadie podrá dejar de lado como así también olvidar lo que Julián aportó a la banda durante todo este tiempo.
El show fue, dentro de mi opinión personal (dentro de las varias presentaciones que he visto de Lörihen durante este tiempo) la más poderosa lejos. Me atrevo a decir que superó incluso a la que los chicos dieron en el Teatro Vorterix festejando el aniversario de un disco tan emblemático como “Bajo La Cruz”. Sin menospreciar cada presentación anterior ni mucho menos. Porque si algo no podemos objetar a Emiliano y a todos los chicos es el gran compromiso y el nivel que demuestran y afianzan cada vez más en el escenario, son shows en donde está cuidado hasta el mínimo detalle, la iluminación, el sonido, las imágenes, la banda ejecutando todo con una precisión hasta milimétrica. Es sin duda una de las grandes apuestas nacionales que sin duda tendrá mucho más para dar a luz en lo que será ya el 2018.
Arrancó todo con “Bajo la Cruz”, la gente ya cantando con las lágrimas en los ojos observando cada detalle del dúo de guitarras que se estaba despidiendo de los escenarios pero no así de las retinas de cada uno de los presentes, miradas cómplices y llenas de una gran alegría, dando muestras del final de un ciclo pero no de un adiós eterno, sino la gratitud de haber formado una hermandad que quedará plasmada en cada canción de los discos que tenemos en nuestro haber hasta el presente. Y sin dar respiro fue el turno de “Presa Fácil”, lo que fue un uno dos muy al estilo boxeo por el título mundial de los pesos pesados. Lucas Gerardo comandó todo desde el micrófono, supo llevar a la gente por todos los estados logrando que participen activamente durante todo el set, el combo perfecto de batería y bajo entre Hernán y Ezequiel dejaban todo servido para que Emiliano se luzca en cada solo junto a Julián. Donde también estuvo la participación de Andrés Blanco en los teclados en varias partes del show.
Hubo tiempo para todo, desde el eterno agradecimiento a Julián por su paso en Lörihen, el apoyo incondicional de la gente, el show fue ganando en emotividad con el correr de los temas. Luego el lado acústico que ya se estuvo viendo a lo largo de este año y que fue parte de la apertura del show de Helloween en el Luna Park. Lucas y Emiliano se quedaron solos en el medio del escenario para tocar “Cuando Tus Brazos Caen” junto a Andrés en los teclados. Hubo como en todos los shows de Lörihen el factor sorpresa incluido, porque se pudo dar algo que siempre se escuchaba en tono reclamo desde la gente en cada presentación, que es la inclusión del tema “Guerra Santa” al setlist, y no era para menos que en ese tema tuviera que hacer su aparición Javier Barroso en la (Voz) para recordar ese tema y el delirio de los fans estuvo en aumento, hubo perlitas como tocar parte de Enter Sandman de Metallica o Symphony Of Destruction de Megadeth.
El cierre vendría con el tema que hicieron en colaboración al Tano Marciello (Highway to Hell de AC/DC) y el himno que da por finalizado cada show de Lörihen, “Vida Eterna” junto a papelitos que volaban por todo el lugar. Un cierre de año distinto, el fin de un ciclo para Julián Barrett estuvo a la altura de lo que seguramente estuvo en las mentes de los chicos antes de salir a tocar, o quizás fue superado porque la recepción de la gente fue muy alta, donde todos se vieron inmersos en las lágrimas del final, desde la gente que saludaba a Julián mientras la banda tocaba Vida Eterna el bajó a saludar a la gente que estaba en la valla uno por uno, y ver atentamente a los chicos arriba emocionados al punto de no poder contener las emociones es sin duda algo que quedará en la mente de cada uno. Cierre de 17 años para un músico y comienzo de otra etapa para una banda en el cual el próximo año traerá nuevo disco y nuevas expectativas para todos. Lörihen cerró el año y una etapa.
Agradecimiento a Gaby Sisti y Néstor Cabrera por la acreditación
PH: Máximo Castro