Grabado en Guillaume Studios de París, es un disco que me ha dejado con muchas dudas. Sorprende el sonido, una mezcla de 80s y 90
s y por lo menos no termina de convencer. O mejor dicho, no demuestra mucha solidez.
Un álbum correcto, quizás carezca de temas descollantes, pero nos deja un puñado de buenas canciones. Es cierto, no muy trascendentes, pero mantiene a la Bestia en movimiento.