Este es uno de los discos más esperados por mí este año, “Cósmic World Mother” del 2020 había dejado la vara tan alta, aquella joya majestuosa del Black Metal sinfónico que había dejado sin palabras a propios y extraños (estamos hablando de una banda de más de 30 años) y la pregunta era, cómo superarían semejante proeza, después de escuchar esta nueva entrega no solo debo decir que el álbum sale airoso sino que agrega algunos arreglos electrónicos que no hacen más que realzar la obra.
Es cierto, este camino ya ampliamente transitado por Dimmu Borgir y Emperor como principales exponentes no viene a brindarnos nada nuevo, pero la brutalidad, los arreglos sinfónicos y ese teclado dolorosamente dramático no hacen más que hacerte pensar que estamos en un bosque escandinavo con la aurora boreal como única esperanza.
El dramatismo y la soledad que entregan las melodías de piano son parte fundamental para que me guste tanto. Las canciones son buenas todas, con riffs machacantes y una voz gutural que te empuja al hades (como bien lo refleja la tapa), ni hablar de los arreglos de teclado, incluso cuando meten un poco de electrónica en el medio.
Mi preferida (y la de todos creo) “Wine Into Fire” una belleza oscura total. El párate de 18 años, y los cambios de integrantes podrían haber hecho que estos trabajos pasen sin pena ni gloria, por lo contrario, la banda se levantó y nos regalos dos discazos directos al corazón de cualquier fan del estilo, apto para advenedizos curiosos también.
Una maravilla. (Se recomienda escuchar con buenos auriculares para no perderte nada).
Timo Kontio: Guitarra
Malthias Lillmans: Voz
Teemu Saari: Guitarra
Pyry Hanski: Bajo
Kauko Kuusisalo: Batería
Antti Simonen: Teclados
Por Diego Porpatto
