Vigésimo Séptimo disco del pequeño gigante UDO Dirksneider, con una carrera prolífica, más aún que la de su antigua banda. Y en esta nueva entrega el pequeño UDO nos regala una colección de himnos (70 minutos dura el disco) más en la vena del Metal Alemán de los ‘80 y principios de los ‘90 en la línea de joyas como “Metal Heart” o “Russian Roulette” de su etapa con Accept que en la línea casi sinfónica que venía desarrollando en sus últimos trabajos solistas.
El tridente con el que arranca el disco es de lo mejorcito que ha hecho en años, potentes y gancheros como para dejar bien en claro que a pesar del título del disco, hay cuerda para rato. Y así se suceden los temas, a pura cabalgata y melodía con un soberbio trabajo del pequeño Sven (su hijo) en la batería que no tiene nada que envidiarle al gran Mike Terrana. “Kiss And Guns” es una canción más noventera con el sello Alemán de aquella época que nos lleva a ese discazo incomprendido de Accept que fue “Death Row” en el ‘94.
Mi preferida es “Marching Tank” con una épica marcha a medio tiempo a lo Manowar, en este tipo de canciones es donde más cómodo lo veo. Hay una balada “Don’t Wanna Say Goodbye” donde UDO nos habla a corazón abierto, una letra muy lograda casi de despedida, acompañada de guitarras acústicas de tristes melodías. Este disco pareciera ser un grandes éxitos del Metal Alemán de los ‘80, dada su extensión y su vuelta a viejas fórmulas.
Y si bien arriba dije que había cuerda para rato, hay un aroma a despedida en el disco, desde el título hasta la voz de UDO que por momentos parece cansada. Como sea, el viejo y querido Metal teutón nunca morirá, sellado a fuego en nuestros corazones y aguardando ahí por nuevas batallas lo atesoramos, discos como este nos ayudan a hacerlo más fácil.
Udo Dirkschneider: Voz
Dee Dammers: Guitarra
Tilen Hudrap: Bajo
Sven Dirkschneider: Batería
Andrey Smirnov: Guitarra
Por Diego Porpatto
