Los que seguimos de cerca a esta maravilla de banda oriunda de Texas estábamos muy pendientes de este lanzamiento, más teniendo en cuenta su disco anterior, que se ganó el aplauso unánime del público especializado a base de un Doom maravilloso comandado por la voz inigualable de la gran Cammie Gilbert que nos lleva desde el Doom atmosférico al soul, gospel y todas las vertientes del Gótico sureño yankee.
Para esta ocasión y ya alejados de aquel primer disco de Metal Extremo (sin Cammie en la voz) la Banda opta por sorprendernos nuevamente con un giro (no tan brusco) hacia caminos interiores del ser humano.
Escuchar este disco es como volar por el campo con un cielo totalmente estrellado, la paz, la calma que trasmite hace que nuestros mejores sentimientos salgan a flote, la melancolía, las tristezas y la felicidad toda a flor de piel. Ya el primer tema “The Waters Rising” nos lleva de paseo y nos muestra el camino en que deambulará el disco, ya no con el Metal de antaño, en cierta manera me recuerda al cambio de Anathema de trabajos como Alternative 4 a genialidades como Judgment por ejemplo.
Hay una clara influencia de Opeth en el asunto y guiños al Gotic de bandas como Katatonia o Type O Negative, de todos modos recomiendo esta experiencia a todo aquel que se precie de escuchar buena música, si buscas metal pesado, este no es el disco.
Ah, no se pierdan la maravillosa versión de “House Of The Rising Sun”, otra joya como ya nos tienen acostumbrados a la hora de hacer covers. Un disco imperdible.
Dobber Beverly: Batería
Jessie Santos: Guitarra
Alexander Lucian: Guitarra
Cammie Gilbert: Voz
Mat V. Aleman: Teclados
Semir Özerkan: Bajo
Por Diego Porpatto