Tengo la creencia de que los discos son como los vinos, hay buenos, malos y otros que son para pasar el rato. Algunos se ponen mejores con el tiempo, otros empeoran, soy de usar mucho el término “este disco ha envejecido bien”. Puedo poner miles de ejemplos.
Este decimocuarto álbum de los teutones Destruction, que junto a Kreator y Sodon le dan un lugar de privilegio a Alemania cuando de Thrash hablamos, es justamente eso, un vino de los buenos, esos que tomaremos dentro de diez años y va a seguir siendo una delicia. Podría haber escrito esta crítica antes de escucharlo, y es que la Banda que ahora lidera Schirmer, no defrauda, una ya sabe con qué se va a encontrar, riffs machaques, más riffs, un bajo demoledor, una batería que es un tanque de guerra, todo junto escupe himnos de batalla y pulgar para arriba para el compatriota Martín Furia (ex Jesus Martyr entre otros) que quizás era a priori la única duda del disco, duda que fue disipada con los temas de adelanto.
Son 47 minutos de auténtico Metal y a esta altura están más allá del bien y del mal y los que tuvimos la suerte de verlos en vivo sabemos que no defraudan, bah… como Kreator, bah… como Sodon.
Es al pedo seguir hablando. Un discazo, que además cuenta con un cover de los geniales GBH que cierra el disco, y obviamente es el paso anterior a poner play nuevamente.
Schmier: Voz y Bajo
Damir: Guitarra y Coros
Furia: Guitarra y Coros
Randy: Batería
Por Diego Porpatto
